Los últimos suicidios de influencers han reabierto el debate sobre los riesgos psicológicos de la redes sociales en adolescentes por sobreexponer su imagen. Aquellos que llegan a convertirse en ídolos sociales ‘trabajan’ en sus perfiles la imagen de una vida basada en un bienestar psicosocial que, mal gestionada, puede tener consecuencias en dos direcciones.
La primera incide sobre los propios influencers. El hecho de sentirse expuestos de forma continuada puede desarrollar en ellos la necesidad de llevar una vida ‘real’ falseada y basada en la apariencia. Y la segunda, sobre sus fans. Estos reciben una imagen distorsionada y alejada de la realidad. Sin embargo, la convierten en idílica y , al intentar imitarla, se genera en ellos sentimientos de frustración y tristeza con su propia vida. La psicóloga Raquel García Zubiaga, del centro INAE y miembro de TopDoctors, repasa cuáles son los síntomas de una mala gestión de la propia imagen en los jóvenes. Además, propone seis consejos para que los familiares puedan tratarlo.
Irritabilidad, falta de aceptación y otros riesgos psicológicos de las redes sociales en adolescentes
Ningún adolescente está exento de ser víctima de la mala gestión de su propia imagen. “No tiene por qué haber un problema psicológico escondido tras esta acción”, asegura la doctora. La búsqueda de modelos en los que identificarse es un comportamiento común, derivado de vivir en sociedad.
“El problema surge cuando la necesidad de mostrar la intimidad en las redes sociales y de sobreexponerse para sentirse bien aumenta de forma continuada, haciendo depender tu felicidad de que te sigan o le guste a los demás lo que has publicado. Es como una adición más”. Según la doctora, esto puede desencadenar distorsión entre el ‘yo’ personal y el ‘yo’ que se decide mostrar. Y puede llevar al adolescente a publicar contenidos inapropiados y más arriesgados que capten la atención de más seguidores. Las consecuencias: problemas de irritabilidad, falta de aceptación, carencia de empatía, tristeza o incluso de conducta o relacionales.
¿Cómo pueden intervenir los padres en el uso que los jóvenes hacen de su imagen en RRSS?
Es importante tener un papel activo en la educación en el uso de las redes sociales de los niños desde edades tempranas. Pero no basta con ello. Los padres deben conduzcir a sus hijos en el correcto uso de estos canales a través de una comunicación basada en el respeto, la empatía, el amor y la comprensión.
- Marcar límites desde el diálogo. ‘Siempre’, ‘jamás’, ‘todo’ o ‘nada’, son expresiones demasiado contundentes que debemos evitar al marcar límites. Evitaremos que los más jóvenes se sientan atacados. El consenso con ellos es clave. Permite a los padres averiguar y analizar cuáles son sus demandas.
- Un control moderado. Es importante llevar un seguimiento de las fotos publicadas, de los seguidores y de las personas a las que siguen, así como el tiempo que pasan conectados.
- Enseñar dando ejemplo. Los padres son un espejo en el que los niños se miran. Si los padres se pasan horas en Internet, o sobreexponen su vida y la de sus hijos, éstos repetirán la conducta.
- Fomentar el ocio fuera de la tecnología. Es importante que los progenitores controlen que el niño no deja de lado áreas como los estudios por estar con el móvil. O que deje de perder interés por actividades que anteriormente le gustaban. Los expertos recomiendan fomentar aficiones exentas de tecnología desde bien pequeños.
- No dejar de lado los valores fundamentales. La familia es la fuente de la que parten valores como la tolerancia, honestidad o la empatía. Si inculcamos esta enseñanza, será más fácil evitar y abordar los problemas derivados del uso de las redes sociales.
- Trabajar de forma continua la autoestima. Reforzar la autoestima y la seguridad en uno mismo es fundamental para que las personas que exponen su vida en las redes sepan encajar mejor las posibles oscilaciones de influencia o las críticas.
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