La salud digital ha demostrado ofrecer enormes oportunidades a todos los actores que forman parte del sistema sanitario. Así ha ocurrido con esas herramientas que han sido creadas centrándose en la realidad de los usuarios finales y en las prioridades sanitarias, en lugar de querer deslumbrar por su nivel de complejidad tecnológica. No solo permiten ofrecer mejores resultados en prevención y pronóstico de enfermedades. La tecnología está consiguiendo avanzar en los tratamientos y seguimiento de enfermedades, acabar con todas las barreras informativas que hasta ahora se han interpuesto entre profesional sanitario y paciente, y eliminar las brechas geográficas y temporales.
Pese a todas estas ventajas y la advertencia de los expertos sobre la necesidad de utilizar la salud digital para garantizar el presente y el futuro de la atención sanitaria de calidad, el desarrollo de estrategias de salud digital sigue siendo escaso en nuestro país. Los expertos lamentan nos encontramos lejos del desarrollo y utilización que la accesibilidad tecnológica actual permite. Es decir, en el ámbito de la salud no se le está sacando a las herramientas digitales todo el potencial que tienen. ¿Cómo afrontar entonces esta situación para conseguir una transformación del sistema sanitario acorde con la evolución tecnológica?
El doctor Julio Mayol, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Salud Digital, propone centrarse en 10 puntos. Pero además, advierte que uno de los errores a la hora de planificar y ejecutar iniciativas de transformación digital es “pedir cosas que no son posible”. “Upton Sinclair decía que es difícil hacer que un hombre entienda algo cuando su salario depende de que no lo entienda. Y es que, a veces pedimos cosas que son contradictorias”, asegura.
Los 10 grandes retos de la Salud Digital
- Cultivar a los transformadores. Construir ecosistemas, no silos, para cultivar a los transformadores.
- Herramientas de formación y entrenamiento. Ofrecer a los transformadores herramientas a través de la formación y el entrenamiento. Esto supone: transformar el modelo de negocio, transformar cómo pensamos las personas, y utilizar la tecnología para hacerlo posible.
- Definir problemas y necesidades. Entrenar en la definición correcta de los problemas y de las necesidades no cubiertas. Esto es lo que hay que atacar con innovación.
- Reflexionar sobre la idea de valor, es decir, el modelo de pago por valor. Vamos a dejar de pagar por el servicio y empezar a pagar por el valor que ofrecemos tanto a la personas como a la sociedad. Muir Gray dice que valor es: el resultado que importa al paciente (beneficio – daño) + calidad percibida/ costes (€ + tiempo + CO2). Tenemos que dar resultados en el tiempo correcto, en el que espera el paciente. No vale decirle que solo ha estado ingresado un día y que haya estado seis años esperando a que se le solucione su problema. El CO2 tiene que ver, no solo con la sostenibilidad ambiental, sino con la cantidad de energía que desperdicia el sistema para obtener un determinado resultado. Hacer al paciente ir y venir para decirle que está bien es una enorme pérdida de energía.
- Poner orden en el universo de las apps. Tenemos mucha evidencia de la utilidad de las apps, pero sin aportar cierto orden en la anarquía, no vamos a poder aprovecharlo salvo que el sistema sea capaz de crear las suyas, prescribirlas y aprovechar los datos que generan.
- Perder el miedo a la utilización de datos. Necesitamos una estrategia de datos con una gobernanza bien definida en la que se pierda el miedo a la utilización de los mismos. Si se intenta obtener un beneficio de esos datos, que habrá que articular cómo hacerlo, no se pierde el valor en la explotación de esos datos.
- La seguridad desde el diseño. Los datos nos generan estructuras vulnerables. Estas son atacables mediante sistemas digitales que muy sencillo y que están al alcance de casi cualquiera. Por tanto, tenemos que meter la seguridad desde el diseño. No solo desde el punto de vista de la protección de datos, sino de cómo me pueden atacar para bloquear el funcionamiento del sistema sanitario.
- Regulación. Esta nueva regulación es una oportunidad y tenemos que entenderla y analizarla a fondo para encontrar oportunidades.
- El envejecimiento. Los retos del envejecimiento son enormes y, a lo mejor, se solucionan de manera que no prevemos ahora. Evidentemente, vivir más tiempo en mejores condiciones es bueno, pero no es barato. Esto requiere una reflexión de nuestra sociedad. Hay que encontrar claros objetivos dentro de ese envejecimiento y modelos de negocio que lo hagan sostenible. Porque si no, no van a ser absorbidos.
- Fomentar la cooperación. Debemos reconocer que los homo sapiens somos animales sociales, que el éxito de nuestra especie ha sido nuestra capacidad para construir redes sociales y para infectarlas con ideas, con historias que nos contamos los unos a los otros, con esas narrativas que han permitido crear el mundo que soñábamos que íbamos a crear, con sus riesgos y sus retos. Por eso, en la transformación digital tenemos que fomentar la cooperación, la coordinación y compartir. Esa inteligencia colectiva debe aprovecharse dentro de una red social que utilice las tecnologías digitales para ofrecer mayor valor al individuo y a la sociedad.