Según datos expuestos durante la jornada “Avanzando en Depresión en Atención Primaria”, organizada por Lundbeck, el 86% de los europeos que padece depresión está en edad de trabajar. Dentro de este grupo, el 10% sufre un episodio depresivo al año, con una duración media de 35,9 días por episodio. De ahí que la baja por depresión es una de las causas más frecuentes de absentismo laboral en España. Sin embargo, la depresión también fomenta el presentismo.

Para no arriesgarse a perder su trabajo y para evitar el estigma que aún perdura en torno a la depresión, muchos pacientes aguantan en sus puestos a pesar de tener una enfermedad que les imposibilitaba para desarrollar sus tareas. Lo explica el Profesor Jerónimo Saiz, Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.“El trabajador tiende a ocultar los síntomas de la depresión, especialmente por el estigma que aún hoy persiste de culpabilizar al enfermo de estarlo. Además, el miedo a ser despedido fomenta el fenómeno del presentismo. Es decir, el paciente con depresión está en su puesto de trabajo pero no es capaz de realizar las tareas que tiene asignadas porque la enfermedad no se lo permite. Trata de que no se le etiquete como un mal trabajador, pero su rendimiento no es bueno. Esto incrementa su desvalorización y auto-reproche y constituye un problema”, indica.

Y es que, los médicos emiten la baja por incapacidad temporal cuando el trabajador manifiesta determinados síntomas que le impiden desarrollar sus funciones profesionales con normalidad y que indican que existe deterioro a nivel cognitivo, emocional o físico. Tales síntomas pueden ser: una profunda tristeza, un continuo abatimiento, falta de ánimo, problemas de concentración, pérdida de memoria o indecisión. Esta baja implica un infierno para el trabajador, pero también un duro impacto económico para la compañía responsable de su contratación.

Depresión en el trabajo: ¿Infravaloramos los síntomas cognitivos?

Aproximadamente, el 80% de la pérdida de productividad debida a la depresión puede atribuirse a una inadecuada capacidad en la ejecución de las tareas más que a la ausencia del puesto de trabajo. En este sentido, los expertos lamentan que durante años se ha infravalorado la importancia de los síntomas cognitivos en la depresión: dificultades de atención y concentración, de memoria, de toma de decisiones y planificación, de agudeza mental y velocidad de pensamiento.

Según el doctor Miquel Roca, Catedrático de Psiquiatría en la Universidad de las Islas Baleares, “la recuperación funcional en depresión es esencial porque implica no solo la remisión de los síntomas sino también de la capacidad de adaptación a las necesidades personales, familiares, sociales o laborales de la persona. Y que, además, esta recuperación sea estable, se mantenga en el tiempo. Por ello se ha convertido en un objetivo central de la evaluación de la enfermedad y de la eficacia de los tratamientos».

Tratamiento para los trabajadores con depresión

Varios estudios han señalado que con el tratamiento adecuado, los trabajadores con depresión pueden desempeñar con normalidad sus funciones. Esto implica un ahorro en bajas médicas y un incremento de la productividad, así como una mayor integración en la organización, este último aspecto clave para la recuperación de los pacientes.

El objetivo terapéutico de la depresión, en la actualidad, persigue que el paciente recupere la funcionalidad, de modo que pueda desempeñar las tareas de su día a día como lo hacía antes de la enfermedad. Por ello, resulta crucial prestar atención a la presencia de síntomas cognitivos, con el fin de detectarlos y tratarlos en beneficio de la calidad de vida del paciente, pero también de las empresas. No en vano, abordar correctamente la depresión y facilitar la reinserción redunda en la productividad empresarial. Y es que los costes de tratar la depresión son mucho menores que las consecuencias de no hacerlo .

Sin embargo, alrededor del 50% de los pacientes no llega a ser tratado correctamente. La clave del adecuado tratamiento de la depresión radica en la detección precoz, fundamental para el mejor pronóstico de esta enfermedad, caracterizada por síntomas afectivos, cognitivos y somáticos, además de presentar altas tasas de recurrencia y tendencia a la cronificación.

Atención Primaria, aliada de la salud mental de la población

La Atención Primaria es la principal puerta de acceso al profesional sanitario en nuestro país, también para el cuidado y mantenimiento de la salud mental. Caracterizada por su accesibilidad, equidad, atención a lo largo de la vida de forma continuada y de forma integral, permite una relación médico-paciente de confianza y seguridad.

Como pone de manifiesto el Doctor Antonio Madueño, médico de familia y psicólogo del Centro de Salud La Laguna, en Cádiz, y Coordinador del grupo de trabajo Salud Mental de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFyC), “el papel del médico de familia es determinante tanto en la promoción de hábitos beneficiosos para la salud mental del individuo y su entorno cercano, la sospecha y detección precoz de sintomatología depresiva, diagnóstico de depresión frente a trastornos adaptativos, un correcto tratamiento farmacológico, adecuado a cada caso, y la coordinación con otros profesionales, como la enfermería comunitaria, trabajo social, psicología comunitaria, o, si procede, con psiquiatría de referencia”.

 

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Sobre el Autor

Quien me conoce bien sabe que vivo enamorada del periodismo y de mis raíces almendralejenses. Mi debilidad son las personas.

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